Las Ventajas de la Domótica y Autoconsumo en Naves Industriales

Cuando se habla de autoconsumo y domótica, por norma general, se asocia a las viviendas que quieren ser más eficientes. Pero su aplicación es igual de válida para los edificios y naves industriales. La autoproducción de la electricidad en la empresa se traduce en un gran ahorro. Si a eso le sumas el control automatizado de múltiples aparatos, las facturas eléctricas se pueden reducir de forma considerable. 

¿Qué es el autoconsumo en naves industriales y qué beneficios conlleva? 

Desde la perspectiva de la energía fotovoltaica, el autoconsumo industrial se puede definir como el sistema capaz de producir y consumir la misma electricidad, normalmente mediante placas solares. Estas captan la radiación solar y permiten transformarla en luz. 

Esta modalidad de autoconsumo genera autonomía al usuario, a la vez que es una inversión en ahorro energético (hasta un 20% en la factura de la luz) e imagen de empresa. Las compañías con naves industriales que disponen de formas de autoconsumo se ven a los ojos del público comprometidas con la conservación medioambiental y el freno del cambio climático. 

Actualmente, existen dos niveles de autoconsumo: 

• Autoconsumo conectado a la red: más usado para los consumos pequeños.  
• Autoconsumo sin conexión a la red: más óptimo para cuando se producen grandes consumos. 

En el caso de una nave industrial, como es lógico, unas placas solares sin conexión a la red, funcionando de forma autónoma, son la mejor opción. El proceso de instalación es arduo, siendo un ingeniero y un técnico experto los encargados de la puesta en marcha. El presupuesto variará en función de las dimensiones de la nave y del consumo. 

¿Cómo aplicar la domótica en las naves industriales? 

De la misma manera, el futuro de la tecnología y la electricidad pasa por la domótica industrial. Por domótica se entiende las tecnologías que se incorporan en las viviendas y en este caso edificios y naves industriales de forma que el usuario puede controlar y automatizar todos los aparatos de la instalación. Un buen ejemplo de ello es el famoso roomba. 

Los aparatos conectados llevan instalados unos sensores desde los que se le manda información y órdenes a través de un panel central o múltiples dispositivos. 

En el campo de las naves industriales, los sistemas de domótica pueden aligerar enormemente los procesos de limpieza, reducir el consumo de luz y mejorar la seguridad. Un aparato capaz de hacer y subir las persianas metálicas o cierres enrollables rebajará drásticamente la factura eléctrica. De la misma manera, las alarmas o los sistemas de videovigilancia, con infrarrojos nocturnos y control a tiempo real, pueden ser una garantía frente a los hurtos. 

La domótica también se puede aplicar para la automatización de los procesos de almacenaje y automoción, teniendo especial cuidado en las fases complicadas del proceso de fabricación. Sumado a ello, el control de la climatización (aire acondicionado) y la ventilación, algo que puede ser necesario en una nave industrial en verano, tiene efectos positivos en los recibos de luz y calefacción. 

Todo ello se traduce en las siguientes ventajas: 

• Control exhaustivo de todos los procesos industriales 
• Mayor eficacia y rapidez al automatizar los procesos. Equivale a una mayor producción y crecimiento empresarial 
• Diferenciación frente a la competencia